martes, 18 de enero de 2011

Cáceres se mueve

     Si alguien ha suspendido alguna vez unas oposiciones (o ha aprobado sin plaza, que ahora se lleva mucho), conocerá el sabor que tiene el sentimiento de desánimo y el ruido que hacen las ilusiones cuando caen con estrépito llevándose consigo los proyectos que se habían planeado durante largos meses de trabajo. La sorpresiva eliminación de la candidatura cacereña para ser sede de la Capital Europea de la Cultura en 2016, que nos dejó a todos en estado de shock,  podría haber llevado a la ciudad a caer en una fase de postración proclive a vivir esos periodos prolongados de languidez improductiva que suelen suceder a un fracaso.
   Sin embargo, parece que las frustraciones intrahistóricas sufridas a lo largo de los siglos han creado en sus habitantes un callo filogenético que aporta una sorprendente inmunidad ante el desengaño y al abatimiento. Como una pujante Qázrix surgida de las ruinas de la extinta Norba, tan solo tres meses después del varapalo del jurado internacional que dejó en la cuneta las aspiraciones continentales de Cáceres en relación a la cultura, se ha destapado otra vez ese receptáculo mágico que deja de nuevo escapar las fragancias de la ilusión con renovados aromas de vanguardia. Quienes concurrieran la pasada semana a un abarrotado Auditorio del Conventual San Francisco para asistir a la presentación del proyecto “Cáceres Creativa” habrán advertido que, en efecto, algo se mueve en el sentimiento de los cacereños, como un inconformismo ya beligerante ante la adversidad. Porque, además de numerosa, no fue una asistencia monocorde como estamos acostumbrados a ver según el evento a presentar. Hay actos con mayoría friki; conferencias para pensionistas o exposiciones para culturetas. Pero pocas veces el contenido de un proyecto interesa a toda una ciudad representada masivamente por jóvenes universitarios, emprendedores, empresarios, gentes de la cultura, la tecnología  y de distintos ámbitos profesionales. Cuando una población se compromete con su futuro estamos hablando de una ciudad viva que tarde o temprano escalará posiciones en los rankings que se proponga.
     Se pone así de manifiesto que para transformar una ciudad no es necesario que concurra la excusa de un gran evento de masas como una olimpiada, una expo o una capitalidad internacional, cosas que pueden no llegar nunca. Se presenta, pues, una bonita oportunidad de conjugar un pasado notorio, cuyos vestigios son patrimonio de toda la Humanidad, con el impulso tecnológico e innovador que lleve a esta ciudad a superar un importante reto: acometer actuaciones urbanas de calado sin merma de una sostenibilidad que todos exigiremos como prerrequisito insoslayable. El futuro está ahí: en las industrias creativas, en la tecnología de la información y el conocimiento. El primer paso para ese futuro se ha dado. Corresponde ahora a quienes vegetamos en el presente no estropearlo, canalizando las aguas de borrajas lejos, hacia  los infiernos de la dejadez.

2 comentarios :

  1. Buenos días Alfonso, estoy de acuerdo con todo lo que dices y además escribes muy bien lo que quieres decir, me ha gustado especialmente el tono optimista que se desprende de tu escrito y coincido contigo en que ante las adversidades lo más saludable es adoptar una actitud de renovación ilusionada por conseguir nuevas metas. Casi siempre los errores y los fracasos son más productivos que los éxitos siempre que los analicemos con espíritu crítico. Un abrazo
    Primitivo

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  2. Cuando se plantea un objetivo que va a incidir positivamente an la calidad de vida, es normal que todos estemos de acuerdo en conseguirlo, y el clima de ilusión y optimismo es un motor para la puesta en marcha. Soy algo más escéptico en el desarrollo, donde puede fallar algún pistón. Ahí es donde se verá el grado de implicación, hasta dónde se quiere llegar arriesgando dinero y esfuerzo, si las trufulcas políticas descienden a críticas que afecten al propio proyecto... Cáceres tiene que moverse, pero TODOS en la misma dirección.

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