martes, 27 de marzo de 2012

Se hace camino al andar

     Las páginas de HOY se hacían eco la semana pasada de la llegada a tierras extremeñas de un extraño caminante, que desde Sevilla se proponía acometer una marcha nacional de 3.300 Km. con la idea de sensibilizar a la ciudadanía de la necesidad imperiosa de mantener el flujo de ayudas y compromisos económicos contraídos por ayuntamientos y otros entes públicos,  tanto con su ONG (GATS) como con el resto de entidades del llamado tercer sector, ante el alarmante estrangulamiento que la crisis está llevando a la meritoria actividad social desarrollada por estas organizaciones. El domingo pasado compartí un agradable encuentro con Oscar Rando en Coria, que hace un alto en el camino en su querida Pescueza antes de reemprender ruta hacia el norte.
     En el anodino transcurrir de nuestras rutinas cotidianas, que dejan escaso espacio para romper el corsé casa-trabajo y los comentarios fútbol-política, pocas veces se tiene la oportunidad de entablar diálogo con alguien distinto que representa ese atributo, a veces tan eufemístico, llamado humanidad; y no me refiero a sus 130 Kg. de peso: nunca un sentido figurado estuvo más próximo a la realidad que representan sus convicciones. Oscar, uno de los impulsores del Festivalino a través de su ONG en sus inicios y de otras iniciativas ecológicas, es un defensor a ultranza de esa máxima a veces denostada de que “otro mundo es posible”. Solo es necesaria una nueva óptica que convierta en realidad aspectos de la vida catalogadas como utopías por los inmovilistas. Se trata de que exista un número creciente de personas que crean que la utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor, como ya dijo Anatole France. Sin ella nos estancaremos en el pasado y las acciones que emprendamos no harán sino perpetuar el sistema actual, con los mismos errores y fracasos. En un mundo como el actual, donde se está haciendo patente tanto el agotamiento  de recursos naturales como el enquistamiento de prácticas económicas que empobrecen formas de vida, se impone una verdadera heurística que ofrezca nuevas posibilidades al sistema para realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines.
      Y esto, que  se puede traducir en la creación de granjas de carbono que fertilicen los suelos agrícolas, en el fomento de la interculturalidad a través de la música o incluso la gastronomía, el reciclado de ropa de segunda mano para sectores desfavorecidos, el trabajo social con jóvenes y excluidos, donde no llega la financiación pública, y mil acciones más, necesitan el sustento económico para evitar que se vayan al garete con el pretexto de la crisis. Esta no puede ser una crisis que solo afecte a los desfavorecidos, porque si es así jamás saldremos de ella realmente. Oscar Rando patea ahora los Canchos de Ramiro, Las Hurdes y el Valle del Jerte, exponentes de autenticidad con posibilidades de seguir manteniendo una vida sostenible que alguien pone en cuestión apelando a un exceso de espacios protegidos en nuestras comarcas. Animo a quienes sientan que su “chip” está en trance de cambio a apoyar iniciativas éticas como las de este caminante solitario. Buen viaje, Oscar.
Os dejo el enlace a su blog, merece la pena visitarlo: http://www.sehacecaminoalandar.org/


No hay comentarios :

Publicar un comentario