jueves, 7 de enero de 2016

Cultura a pelo en 2016

     E = mc² ¿se acuerdan de esta fórmula de la teoría de la relatividad de Einstein? “La energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”, decía. Lo que pasa es que aquella teoría que revolucionó las leyes de la física no era más explícita en cuanto a si podía ser extrapolable a otros tipos de energía, ni desarrollaba diferentes fórmulas alternativas al aspecto cuántico.

     En aquel nefasto septiembre de 2010 en el que el proyecto cultural “Cáceres 2016” fue apeado de la carrera por la candidatura, se esfumó no sabemos a dónde toda la energía empleada en mantener viva la esperanza de aquel fallido nombramiento. Yo solo recuerdo las dos palabras iniciales  de Manfred Gaulhafer, presidente del comité de selección: “Burgos, Córdoba…”, porque ahí se acabó todo. Se dijo entonces, todavía con el rostro descompuesto por la decepción, que el bagaje de siete años de proyectos, iniciativas y propuestas que hubieran puesto a la ciudad y de paso a la comunidad extremeña en una posición destacada con grandes posibilidades de avance económico y social no podían terminar de aquella manera.
   
   Comienza 2016 y se están alzando crecientes voces inconformistas que nos dicen que este año no puede ser en modo alguno la evocación de un fracaso. Con aquella ilusión truncada se aprendieron cosas, como intentar crear un modelo de ciudad abierta y comprometida con el futuro. Lo que los extremeños somos lo hemos conseguido atávicamente a golpe de olvidos interesados, parcialidades y agravios. Y aquí estamos, siempre proclives a nuevas ilusiones, como inmunizados ante la decepción y el pesimismo. Es posible que en los últimos años hayamos dejado de recordar lo que aprendimos cuando se gestaba el proyecto, pero yo traigo ahora a esta columna una de mis frases favoritas, del ensayista francés André Maurois: “Cultura es lo que queda después de haber olvidado lo que se aprendió”. Por ahí debe andar todavía esa energía diluida en el limbo etéreo de la desilusión, solo a la espera de poder ser transformada. Algunas preguntas: ¿puede haber cultura sin presupuestos,  sin sellos de candidatura o merchandising? ¿Una ciudad puede fortalecer la cultura sin AVE, sin aeródromo, sin centros logísticos intermodales u otras infraestructuras? ¿La cultura necesita una Ciudad de las Artes, una Ciudad de la Salud y polos de innovación o conocimiento? Creo que la Cultura debe ser algo más que todo eso que se nos ha negado.
Llenemos Cáceres de música en las calles, de teatro desinteresado en las plazas de la Ciudad Antigua; convoquemos certámenes literarios y poéticos aunque no lleven un premio metálico. Se pueden hacer exposiciones de pintura y otras artes durante todo el año; potenciemos nuestros museos y patrimonio natural e histórico con visitas guiadas, con muestras folklóricas. Aprendamos nuestras leyendas. Ensalcemos de forma especial nuestras fiestas y tradiciones, que llegarán con el calendario. No ha de faltar la ayuda de entidades sin ánimo de lucro y, tal vez, un concejal a tiempo completo. No es mucho pedir. ¿Nos atrevemos?


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