E = mc² ¿se acuerdan de esta fórmula de la
teoría de la relatividad de Einstein? “La energía no se crea ni se destruye,
solo se transforma”, decía. Lo que pasa es que aquella teoría que revolucionó
las leyes de la física no era más explícita en cuanto a si podía ser
extrapolable a otros tipos de energía, ni desarrollaba diferentes fórmulas
alternativas al aspecto cuántico.
En aquel nefasto septiembre de 2010 en el
que el proyecto cultural “Cáceres 2016” fue apeado de la carrera por la
candidatura, se esfumó no sabemos a dónde toda la energía empleada en mantener
viva la esperanza de aquel fallido nombramiento. Yo solo recuerdo las dos
palabras iniciales de Manfred Gaulhafer,
presidente del comité de selección: “Burgos, Córdoba…”, porque ahí se acabó
todo. Se dijo entonces, todavía con el rostro descompuesto por la decepción,
que el bagaje de siete años de proyectos, iniciativas y propuestas que hubieran
puesto a la ciudad y de paso a la comunidad extremeña en una posición destacada
con grandes posibilidades de avance económico y social no podían terminar de
aquella manera.
Comienza 2016 y se están alzando crecientes
voces inconformistas que nos dicen que este año no puede ser en modo alguno la
evocación de un fracaso. Con aquella ilusión truncada se aprendieron cosas,
como intentar crear un modelo de ciudad abierta y comprometida con el futuro.
Lo que los extremeños somos lo hemos conseguido atávicamente a golpe de olvidos
interesados, parcialidades y agravios. Y aquí estamos, siempre proclives a
nuevas ilusiones, como inmunizados ante la decepción y el pesimismo. Es posible
que en los últimos años hayamos dejado de recordar lo que aprendimos cuando se
gestaba el proyecto, pero yo traigo ahora a esta columna una de mis frases
favoritas, del ensayista francés André Maurois: “Cultura es lo que queda
después de haber olvidado lo que se aprendió”. Por ahí debe andar todavía esa
energía diluida en el limbo etéreo de la desilusión, solo a la espera de poder
ser transformada. Algunas preguntas: ¿puede haber cultura sin
presupuestos,
sin sellos de candidatura
o merchandising? ¿Una ciudad puede fortalecer la cultura sin AVE, sin
aeródromo, sin centros logísticos intermodales u otras infraestructuras? ¿La cultura
necesita una Ciudad de las Artes, una Ciudad de la Salud y polos de innovación
o conocimiento? Creo que la Cultura debe ser algo más que todo eso que se nos
ha negado.
Llenemos Cáceres de música en las calles, de teatro desinteresado en
las plazas de la Ciudad Antigua; convoquemos certámenes literarios y poéticos
aunque no lleven un premio metálico. Se pueden hacer exposiciones de pintura y
otras artes durante todo el año; potenciemos nuestros museos y patrimonio
natural e histórico con visitas guiadas, con muestras folklóricas. Aprendamos
nuestras leyendas. Ensalcemos de forma especial nuestras fiestas y tradiciones,
que llegarán con el calendario. No ha de faltar la ayuda de entidades sin ánimo
de lucro y, tal vez, un concejal a tiempo completo. No es mucho pedir. ¿Nos
atrevemos?
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