miércoles, 28 de septiembre de 2016

Refundar



    Durante años albergué  la convicción de que la época que vivimos era inédita en el sentido de que nuestra generación estaba asistiendo a cambios sustanciales en el concepto del mundo que nunca antes se habían producido con la misma celeridad, debido sobre todo al avance tecnológico.
Hoy, yo mismo más viejo, considero que quizás toda etapa de la Edad Moderna ha experimentado modificaciones de peso en sus equilibrios, llevadas a cabo bien violentamente –demasiadas veces- o de forma pacífica. La necesidad de refundar conceptos y estructuras de pensamiento nace de esa evolución constante que van marcando los acontecimientos, desde el descubrimiento de América hasta el uso de Internet; desde el mayo del 68 hasta el “brexit”; desde el levantamiento del muro de Berlín hasta la caída de las Torres Gemelas.


   Por tanto, hemos de acostumbrarnos al uso de ese término de refundación y despojarlo de cualquier atributo de excepcionalidad, porque implica sencillamente una adaptación a la realidad cambiante y puede perfectamente aplicarse a nuestras propias ideas. Pero a menudo lo que debería ser una transición natural se tiende a postergar al máximo con estructuras viejas que entran en conflicto y en contradicción con esa misma realidad que justifica los cambios, y se crean tensiones.  Se habla ahora mucho de refundar Europa. Claro. Los atentados terroristas, el fiasco de de los refugiados, la tensión con Rusia, el crecimiento de la extrema derecha, la crisis económica con subida del paro y estancamiento productivo que primero amagó con  la ruptura con Grecia y ha acabado con la salida de Reino Unido… hay una nueva realidad europea que requiere ser afrontada de otra manera, tal vez incrementando la integración de sus sociedades y no solo de sus estados. Las instituciones se están quedando anquilosadas y obsoletas para este menester.


     Y llegamos a España. Buf. Aquí sí que hay que refundar. Lo esbozaré en forma interrogativa. ¿Puede la Constitución de 1978 seguir regulando sin fricciones una sociedad que ha evolucionado sustancialmente en los últimos 40 años? Quizás sea exagerado hablar de refundación legislativa, pero la reforma es inaplazable ¿Puede regenerarse así, por las buenas, un partido político implicado en cientos de casos de corrupción, lacra que nace de su propio ADN? ¿Puede aspirar a algo otro partido a la deriva con cien años de historia (suficientes para refundarse varias veces) donde la mitad de sus cargos electos y votantes piensa de manera distinta que la otra mitad en cuanto a cuáles deben ser sus objetivos y alianzas? En fin, ¿y puede otra formación (o amalgama de siglas) dividirse entre quienes quieren dar miedo y quienes quieren “seducir”? La situación de bloqueo tiene una causa: todos están desnortados y harían falta refundaciones múltiples, a las que se resisten. O reinvenciones, si quieren.  Ahora bien: no se puede refundar nada con los valores, las estrategias y los actores anteriores: los que fracasaron, los que propiciaron el conflicto, los que metieron la pata o la mano, o los que miraron para otro lado. Refundar se conjuga con dimitir. Con todo y con eso, si las urnas no vuelven a aclarar el panorama nacional, puede que hubiera que refundar la democracia. Y eso ya es harina de otro costal.


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